Edwards y Brady son grandes artistas marciales mixtos, como demuestran sus respectivos récords al más alto nivel del deporte. Leon Edwards favorece el golpeo sobre la lucha, tiene un kickboxing muy limpio y es uno de los strikers más técnicos de la UFC. La mayor parte de sus victorias vienen por decisión, pero ha demostrado tener poder de KO (de sus 14 victorias en la UFC, 10 son por decisión, 3 por KO y 1 por sumisión).

Esta noche la clave para Edwards estará en poner presión con el striking y hacer recular a Brady, para facilitarse la labor de detener los intentos de derribo y poder controlar el octágono manteniendo la pelea en pie. Su oponente tiene peligro en el suelo, de modo que llevando la iniciativa y peleando con agresividad tiene más probabilidad de soportar la presión e imponer su voluntad. 

Para Brady, la hoja de ruta será justo la contraria: es uno de los mejores wrestlers de la categoría, con 3 victorias por sumisión en la UFC en 8 combates, y aunque su golpeo ha mejorado considerablemente desde su debut en la UFC en 2019, y encontrar algo de éxito en el striking esta noche será importante, la victoria pasa por lograr el derribo. Con toda probabilidad intentará replicar la estrategia de Muhammad contra Edwards: lucha en cadena, presión constante hacia adelante y no dejar que Edwards se sienta cómodo en ningún momento por la amenaza del takedown.